Que
la educación envuelve un derecho cuya efectividad exige intervención estatal plena,
es lo que decenas de miles de estudiantes reiteraron este 21 de abril en
Santiago de Chile (y en otras ciudades), marcha interrumpida con represión oficial brutal, y bajo
nula o tendenciosa cobertura de los canales de TV, al servicio del gobierno y
del gran empresariado.