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CONSIGNAS DE PROMOCIÓN ELECTORAL-CONSTITUYENTE Y ESTRUCTURA DE PODER IMPERANTE EN CHILE

Por refinadas que suenen, cuestionables resultan las promesas academicistas, pretendidamente neutras e independientes, de laborar una nueva Constitución “trabajando para todos” o “dando satisfacción a todos”, si se cotejan o confrontan con la realidad de una sociedad dividida en sectores, privilegios y privilegiados, estrechamente vinculados a la imperante política económica que tiñe esferas normativas y sociales; en tal realidad, “trabajar para todos” o “satisfacer a todos” inevitablemente significa complacer a quienes pueden hacerse oír, al sector en el poder y con el poder económico, y que usufructa de él.

¿Se puede, acaso, trabajar también para ellos”, satisfacerles o complacerles, restándoles los privilegios normativos de alta jerarquía (envueltos en aparente igualdad formal) que tutelan su predominio económico, y que sostienen su existencia?

La seductora consigna de “trabajar para todos” encubre el hecho -determinante- de que unos -y no otros- poseen los medios para hacerse notar y sentir; y es garantía al poder económico de que sus intereses no serán alterados.